lunes, 29 de junio de 2015

La luz como punto de partida

     Llegados a este punto, penetro en el salón de mi anfitriona María con el fin de invadirme en el lugar y conocer sus puntos más fuertes, como los más débiles, sus pros y sus contras. El salón, de planta rectangular, como bien sabemos, queda completamente lleno de barras de metal, 5 exactamente, cada cual medida y fabricada para su uso de ejercicio específico en la sala. Sin embargo, no es ahí donde yo quiero llegar, ya que el salón se compone de infinidad de materiales, objetos, etc. diferentes. Espejos, colchones, cojines, música, luz… Luz, ¿qué nos sugiere este elemento en este lugar inhóspito?

     Aquí la luz nos juega una buena tanto mala pasada. Es claramente un factor principal que irradia vida en el salón para poder llevar a cabo el baile, pero también algo muy poderoso que me lleva a plantearme el cómo tratar con ella.


     Para ello, inicio una investigación que me lleve a dicha búsqueda. Un reloj solar, un elemento medidor por horas que me ayuda a poder controlarla desde el inicio de una jornada.

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